Si
no es usted capaz de mentir exageradamente es poco probable que sea capaz de
escribir ficciones. Según me parece, fue Shakespeare quien dijo que la intriga
no es más que una mentira. Ya los juglares descubrieron que si no mentían y
exageraban se morían de hambre; fue así como un animal salvaje que mató a una
oveja en una provincia lejana se convirtió en un dragón que devoró diez
hombres, varias mujeres y niños.
Dado
que el noventa y nueve por ciento de los relatos publicados son sobre conflictos,
lo más importante que debe aprender un narrador joven que quiera aprender a
escribir este tipo de relatos es cómo hilvanar una intriga de conflicto. El
diccionario nos dice que un conflicto es "una situación o un detalle de un
personaje que viene a enredar la intriga central." No queremos discutir
con el Diccionario; para nuestros propósitos cuando use la palabra conflicto
será más fácil si piensan en ella como un problema o una crisis,
o ambas cosas, que el personaje atraviesa en algún relato. He aquí mi
definición: Un relato de conflicto es la presentación de, y la solución a,
un enredo en la vida de uno o más personajes de una obra de ficción, vida que
debe ser mucho más interesante que la real, y al mismo tiempo creíble para el
lector.
Todos
los días se le presentan a usted pequeños conflictos. Quema las tostadas,
pierde el ómnibus y llega tarde al trabajo, trata de telefonear a su amiga y la
línea está ocupada, su hijo no quiere comer, el vecino del piso de arriba tiene
una jarana y no lo deja dormir, su suegra le cae en una visita inesperada.
Pero
si usa estas complicaciones en un cuento, ¿a quién le interesará? Por eso digo
que un conflicto y su solución deben ser interesantes, más que la vida real.
Usted exagere y mienta sobre los conflictos, hasta volverlos más interesantes
que la vida real.
Recuerde
siempre que mientras más mienta y exagere, más interesante su relato se
volverá; mientras más interesante el conflicto, mejor será el relato.
Tomemos
entonces el último de aquellos pequeños conflictos, el de la suegra que cae de
visita y provoca una situación enojosa y usémoslo como intriga para un cuento,
pero exagerando y mintiendo. Le daremos a usted un nombre: Bill Sheldom; una
esposa que se llamará Diana, y un hijo de doce años que se llame Paul.
Conflicto
menor: la suegra de Bill Sheldom viene de visita.
Bueno,
con esto no puede escribir usted ningún cuento, porque es algo que les sucede a
todos a menudo. Pero puede mentir para complicar las cosas.
Mentira
Nº 1: Después de la
muerte de su esposo, la suegra de Bill Sheldom se viene a vivir con él, su
esposa Diana y su hijo Paul. Esto empeora el conflicto, pero no es muy
interesante para el lector. Un montón de suegras viven con sus hijos casados.
Vamos a decir entonces todas las mentiras que se nos ocurran para complicar las
cosas y hacerlas más interesantes que la vida real.
Mentira
Nº 2: A su suegra Bill
nunca le gustó, y no le perdona haberse casado con Diana. Le hubiera gustado
que su hija se casara con Harold Carter. ¿Quién es Harold Carter? No sé. Sobre
la marcha el nombre se me vino a la cabeza. Quienquiera que sea, dejemos que se
enrede la intriga.
Mentira
Nº 3: Harold Carter es
el gerente de la empresa en que trabaja Bill como empleado del Departamento de
Ventas. Esta mentira sí que complicará las cosas, pues el pobre y viejo Bill
tiene por jefe al mismo que fue su rival con Diana.
Mentira
Nº 4: La suegra le hace
la vida imposible a Bill molestándolo con Carter y su excelente situación
económica y social. Esta es una verdadera complicación. El pobre Bill con un
jefe que lo mandonea todo el día en el trabajo y una suegra que le hace la vida
miserable en casa.
Hay
cuatro peligros que evitar cuando se arma una intriga de conflicto:
Conflictos
muy parecidos a los de la vida real.
Si
nos parásemos en la mentira número cuatro de nuestro plan de intriga estaríamos
haciendo justamente eso. Hay muchos a quienes no les gusta su trabajo, o sus
jefes. Hay también un montón de personas que tiene que soportar a sus suegras en
la vida cotidiana.
Conflictos
que se resuelven demasiado fácilmente.
Si
hemos hecho que Bill le diga a su esposa que se va la suegra o sino él se irá,
y si Diana está de acuerdo en que su madre se vaya a un departamento, el
conflicto se resolvería demasiado fácilmente. Los lectores quieren que el
protagonista pase un mal rato tratando de resolver sus conflictos, y mientras
más difícil le sea resolverlas más les gustará el cuento.
Inventar
conflictos y dejar luego que alguno de los personajes los resuelva por el
protagonista.
Si
hemos hecho que la suegra conozca a un viudo en las reuniones de la parroquia y
se enamore de él, y una mañana para felicidad de Bill venga a decirle que se va
a casar con el viudo, esto resolvería sin duda los problemas de Bill; pero
ningún editor publicaría el cuento. Los lectores quieren que el protagonista
enfrente y resuelva sus propios problemas.
Tejer
conflictos, y después dejar que la providencia, la buena suerte o el azar los
resuelvan.
Si
hacemos que la suegra amargada cuando sale de compras sea atropellada por un
camión y muera, se resolverían los problemas de Bill, pero no hay editor que se
interese en un relato así. Este es un error que a menudo aparece en los
Talleres de Narración. Los escritores jóvenes idean conflictos y después cuando
no pueden resolverlos dejan a la providencia o la buena suerte o a las
coincidencias para que resuelvan todo por ellos.
Regresemos
a la historia de Bill. Nuestro personaje es un tipo agradable al que tenemos
que volver tan amargado que le diga a su esposa que la mamá tiene que irse o
será él quien se largue. Use al hijo, a Paul, como estilete. Paul ha estado
oyendo a su abuela despotricar sobre cuán mejor es Harold Carter que su padre,
económica y socialmente. Ahora sí estamos listos para la mentira número cinco
en nuestra intriga de conflictos.
Mentira
Nº 5: Bill se da cuenta
que la actitud de su hijo para con él ha cambiado desde que llegó su suegra.
Paul, que era antes un hijo amoroso y obediente ahora se ha vuelto irrespetuoso
y a veces parece que tuviera vergüenza de su padre. Cree usted una situación
para demostrar esto, que Bill descubra que la suegra es la que está envenenando
la mente de Paul y poniéndolo contra su padre. Esto es más de lo que un tipo
agradable como Bill puede aguantar. Ahora le presentará el ultimátum a Diana:
Se va su madre o se va él.
Hemos
complicado tanto la intriga que algo importante tiene que pasar. Si el
conflicto no se resuelve el matrimonio acabará en divorcio y al lector, que
simpatiza con Bill, no le gustaría que eso suceda. Pero algo importante en
juego no hace por si solo muy popular a un relato, a menos que la solución
salga del conflicto mismo.
Por
ejemplo:
Si
dejamos que la suegra conozca al viudo y se case con él nos estamos saliendo de
la complicación para resolverla.
Si
dejamos que un camión mate a la suegra nos salimos igualmente del conflicto
para resolverlo.
Si
la llevamos a vivir a un departamento sola, el conflicto se ha resulto muy
fácilmente.
Siempre
que llegue usted al punto en que no puede encontrar la solución dentro del
propio conflicto, hay una sola manera de hacer interesante la historia:
complique todavía más las cosas, y siga haciéndolo hasta que la solución
aparezca ante usted.
Uno
de los modos más frecuentes para hacer que el conflicto o complicación sea peor
es el que llamo descubrimiento y cambio.
Descubrimiento
y cambio es dejar que el personaje descubra algo que no sabía o no advirtió
antes, y el resultado será que cambia de modo de pensar. Apliquemos esta idea
para hacer aun peor la complicación en la historia de Bill.
Mentira
Nº 6: Después que Bill
descubre que su suegra ha envenenado la mente de Paul, en vez de perdonar le
presenta el ultimátum a Diana: "ella o yo".
Mentira
Nº 7: Aunque de mala
gana, Diana está de acuerdo en que su madre tiene que irse a vivir a un
departamento propio. Pero, cuando lo dice a su madre ésta en un arranque de
autocompación le responde que no lo hará, si su propia hija no quiere ya vivir
con ella se irá a una casa de caridad. Diana se da cuenta que no puede dejar
que su madre vaya a una casa de caridad, entonces cambia de modo de pensar y le
suplica a Bill que permita que su madre se quede.
Ahora
Bill está obligado a tomar una decisión que lleve a una salida. Si decide
soportar a su suegra por el resto de su vida, el conflicto quedará irresuelto.
Por lo tanto, Bill tiene que disidir que se va de la casa, deja su trabajo, se
va a otra ciudad y deja a Diana para que inicie el divorcio. Cree que ha
perdido el cariño y el respeto de su hijo, y que con el tiempo la madre logrará
que Diana lamente no haberse casado con Carter. La decisión de Bill deberá
apuntar a la solución del conflicto.
El
doble espacio muestra que no puedo dar una solución. Sé que ésta tiene que
estar por aquí, pues no es posible que la situación esté peor. Esperen un
momento. Ahí viene. Si no fuera por Harold Carter no habría conflicto. De algún
modo Carter tiene que ser el agente que Bill use para resolver la complicación.
¿Qué sabemos de Carter? Que es el jefe de Bill. Este dato del personaje Carter
tiene que ser la solución.
Mentira
Nº 8: La única
satisfacción que le queda a Bill es poder decirle a Harold Carter lo que piensa
de él. Bill nunca contó en casa los problemas de la oficina, y de pronto se le
ocurre que su suegra y Diana creen que Carter es una especie de pequeño Dios
para sus empleados. Bill sabe que todos en la empresa odian a Carter porque
siempre está maltratándolos. Bill no estuvo nunca de acuerdo con que se regañe
y amenace a los empleados con el despido. De modo que empieza a pensar que
quizá en casa se conduce Carter igual. La única vez que se encontró con la
esposa de su jefe le pareció una mujer tímida, miedosa de hablar. Este
descubrimiento de Bill -que Carter puede ser igual de mandón con su familia- lo
lleva a cambiar de idea sobre irse de casa. Ve una última y desesperada
oportunidad de resolver el conflicto, e invita a Carter y su familia a cenar un
día. Deduce correctamente que Carter no desperdiciará la ocasión de demostrarle
a Diana el error que cometió al no casarse con él.
Esto
nos lleva al último paso de la intriga, que se escribe por sí solo.
Mentira
Nº 9: Carter acepta la
invitación y lleva con él a su esposa y su hijo un año mayor que Paul. La
deducción de Bill resulta acertada. Carter es tan mandón con su esposa y su
hijo como lo es con los empleados. Su esposa resulta una mujer tímida, que
tiene miedo de abrir la boca; cuando le preguntan algo Carter responde por
ella. Carter también es dominante con su hijo, le dice que se siente derecho en
la silla y lo grita porque accidentalmente echa un vaso. Cuando se van los
Carter, la suegra cambia de manera de pensar respecto a Bill, porque descubre
la clase de hombre que es Carter. Le pide disculpas a Bill, le pide que olvide
todo. Paul también cambia de opinión respecto a su padre al notar cómo trata
Carter a su hijo. Hay cariño y un renovado respeto en la voz de Paul cuando
comenta el asunto con su padre. El conflicto se ha resuelto y la historia
concluye.
El
resto es cosa de redondear la intriga de conflicto y ajustarla al esquema
formal del cuento, inventar algunos intentos frustrados de Bill por resolver la
situación; y ahí tenemos una intriga interesante.
Ahora,
volvamos a nuestra definición de cuento de conflicto y veremos que en efecto se
ha creado un conflicto más interesante que los de la vida real; pero, ¿qué hay
del resto de la definición?, ¿es una intriga verosímil para el lector?
Si
le queda la más leve duda sobre la necesidad de aprender a mentir y exagerar
para escribir ficción, revisemos este conflicto objetivamente. Posiblemente en
la vida real la madre de Diana mencione ocasionalmente a su hija que mejor se
hubiera casado con Harold Carter, pero es altamente improbable que se lo diga a
Bill, que es quien la mantiene. Sería incluso improbable que indisponga a Paul
contra su padre. ¿Cómo se podría hacer creer al lector todo esto? Exagerando
los rasgos del personaje. Para darle motivación a las circunstancias que
producen el conflicto será necesario exagerar los rasgos de la madre ambiciosa
que quiere que su hija se case por dinero y posición social. Cuando sus planes
fallan y Diana se casa con Bill, es necesario exagerar los rasgos de la esposa
que justificará a su madre y entrará en desacuerdos graves con su propio
marido. Entonces le resultará verosímil al lector la actitud de la suegra.
En
la vida real es bastante improbable que Bill permita que su suegra lo saque de
la casa y destruya su matrimonio; de modo que es necesario exagerar los rasgos
que caracterizan a Bill: un hombre bueno, esforzado, que conoce sus propias
limitaciones, que se considera afortunado de tener un trabajo aunque sea con un
jefe insoportable, un hombre que ama tan entrañablemente a su esposa y su hijo
que no está dispuesto a permitir los abusos de la suegra y toma la angustiosa
decisión de abandonar la casa.
En
la vida diaria es extremadamente improbable que un hombre del status de Harold
Carter acepte una invitación a cenar solo por vanagloriarse. ¿Por qué lo haría?
Es muy consciente de que Diana ya sabe que es el jefe de Bill, y que está mucho
mejor que él económica y socialmente. Será necesario exagerar los rasgos de
Harold en cuanto a la vanidad, haciendo ver que nunca antes había tenido
ocasión de mostrar su orgullo desde que Diana prefirió a Bill. Entonces resulta
creíble para el lector que Carter acepte la invitación.
Y es
debido a que exageramos a los personajes que hemos predispuesto a los lectores
a tragarse el anzuelo de la solución.
Voy
a concluir este artículo proponiéndole a usted como ejercicio un conflicto menor
para empezar un relato; ya está en condiciones de empeorarlo a fin de
convertirlo en la intriga de un cuento interesante.
Una
joven ama de casa entra a la cocina y sorprende a su hijo de ocho años sacando
galletas de la caja.
Mentira
Nº 1: Una joven ama de
casa entra en la sala de estar de su casa y coge a su hijo de ocho años robando
dinero de su monedero.
Sigan
a partir de ahí.
John
D. Fitzgerald, escritor norteamericano de relatos publicó este ensayo en 1960,
luego el texto fue antologado como parte del Handbook of Short Story Writing,
Vol I, en 1994.